Preguntas frecuentes - FAQ
Consulta las respuestas a las preguntas planteadas con mayor frecuencia. Es probable que encuentres rápidamente la respuesta a tu pregunta.
- Quitar del plano del fuego el exceso de ceniza;
- Abrir el registro de aire primario y secundario al máximo, abrir completamente el registro de los humos si el hogar es una chimenea prefabricada o monobloque;
- Para un encendido con bajas emisiones: preparar 3-4 troncos de leña seca de una sección transversal de aproximadamente 5 x 5 cm y una longitud de aproximadamente 20 cm, para colocarlos sobre la base del hogar; 6-8 trozos de una sección transversal de aproximadamente 2x2 y una longitud de aproximadamente 15 cm, para colocarlos “en castillo” sobre los troncos más grandes; el instrumento de encendido (encendedor o mecha), cerillas;
- Estratificar los troncos perpendicularmente manteniendo cierta distancia entre ellos y colocando abajo los troncos más gruesos y arriba los más finos;
- Poner el encendedor en el centro del castillo, a la altura del penúltimo plano de leña;
- Encender con la cerilla;
- Dejar que el fuego se desarrolle y cuando las llamas se aplaquen y se forme un lecho de brasas, cargar nuevamente el producto de manera normal y regular el registro de los humos o los registros del aire de combustión como se indica en el manual del producto. No utilizar gasolina, queroseno, alcohol u otros productos similares para encender el fuego.
Cuando se haya formado un lecho suficiente de brasas, efectuar una nueva carga de combustible:
- asegurarse de que estén abiertos los registros o las válvulas de regulación de los humos que se encuentran en el producto o en el sistema;
- abrir la puerta lentamente para evitar el escape de humo al ambiente; si es necesario, acomodar las brasas;
- poner sobre las brasas nuevos troncos de leña con la mayor superficie posible en contacto con las brasas, preferiblemente sin corteza;
- cerrar la puerta y aumentar el flujo de aire de combustión durante el tiempo necesario para reavivar la llama;
- si es necesario, regular eventuales registros o válvulas de regulación de los humos que se encuentren en el producto o en el sistema;
Se recomienda estrictamente no utilizar gasolina, queroseno, alcohol u otros productos similares para reavivar el fuego.
Las características y la calidad de la leña influyen considerablemente en la autonomía, el rendimiento, las emisiones a la atmósfera y el correcto funcionamiento del producto. Quemando leña demasiado húmeda:
- se desperdicia gran parte de las calorías con la evaporación del agua contenida en la leña;
- se compromete el buen rendimiento;
- se aumenta el consumo de combustible y se reduce el rendimiento;
- no se garantiza el funcionamiento normal del aparato;
- se ensucia mucho el vidrio;
- se favorecen los depósitos sobre las paredes de la cámara de combustión y del sistema de salida de los humos.
Se consideran adecuadas las maderas de la familia de las latifolias fuertes, como el haya, el carpino, el roble, la robinia, el fresno, el abedul, el arce, el olmo. Es preferible utilizar leños poco resinosos y consistentes, de madera dura y pesada, que aseguren al hogar una llama continua y persistente. Evitar las maderas de la familia de las coníferas, el sauce, el álamo, el aliso. Tienen la característica de ser resinosas y suelen crear hollín, pocas brasas, explosiones, y requieren una limpieza más frecuente del aparato y del sistema de salida de los humos. Son blandas y livianas, y crean en el hogar una llama vivaz pero breve, con un consumo de leña superior, a paridad de potencia.
No utilizar leña húmeda, desechos (basura), papel usado, madera compensada o aglomerada, paneles de fibra, embalajes, madera pintada o maderas enchapadas con material sintético, laminados plásticos, cartón, cartones de leche.
Está prohibido utilizar combustibles líquidos de cualquier tipo. Todos estos materiales y sus afines pueden ser peligrosos, dañar el hogar y el humero y contaminar el ambiente.
Se recomienda utilizar leña bien estacionada y seca, con menos del 20% de humedad.
La leña recién cortada tiene un poder energético un 50% inferior al de la leña seca.
Para obtener madera lista para quemar es necesario secarla al aire libre durante al menos 2 años después del corte y protegida de las precipitaciones.
Como se ve en la tabla siguiente, al aumentar la humedad se reduce el poder calorífico.
Si se utiliza pellet no adecuado, pueden presentarse problemas como:
- atascamiento precoz del brasero y de los conductos de evacuación de los humos;
- aumento del consumo de combustible y disminución del rendimiento;
- tendencia a ensuciar mucho el vidrio en muy poco tiempo;
- producción de gránulos no quemados y ceniza pesada.
Existen muchos tipos de pellet de diferentes calidades y características según la elaboración y el tipo de madera empleado.
Como las características y la calidad del pellet influyen considerablemente en la autonomía, el rendimiento y el correcto funcionamiento del producto, se recomienda utilizar pellet de calidad.
Para garantizar un funcionamiento eficiente, Piazzetta ha probado y programado sus productos con pellet con las siguientes características:
Es fundamental almacenar la leña en ambientes ventilados y sin humedad. Es posible utilizar cobertizos, garajes o bodegas, siempre que estén ventilados. Considerando que la exposición al sol favorece el secado, es preferible dejar la leña al aire libre, en lo posible del lado más soleado de la vivienda. No se necesitan grandes superficies. Pueden ser suficientes 4 metros cuadrados.
Conviene apilar la leña con los troncos más gruesos y robustos abajo, hasta alcanzar una altura máxima, por razones prácticas, de un metro y medio.
Si la leña se deja al aire libre, conviene cubrirla con una hoja de nailon, prestando atención para dejar libres los costados y así favorecer el paso del aire. Una última recomendación es evitar apoyar la leña directamente sobre el suelo o el terreno. Apoyar la pila de leña sobre un banco de madera o sobre vigas viejas para asegurar una mejor maduración y un mayor paso de aire.
Si el pellet se almacena incorrectamente, se puede humedecer, y la humedad es el principal factor de riesgo en perjuicio de la calidad. Es fundamental elegir un ambiente ventilado, seco y bien protegido.
Normalmente el pellet se vende en bolsas de plástico termosoldado. Se puede almacenar en un garaje, en una cochera o en un trastero, siempre que no haya moho o humedad. Un consejo útil puede ser no apoyar las bolsas de pellet directamente en el suelo; en lo posible, utilizar bancos de madera para distanciarlas del suelo. Otro consejo útil puede ser no apoyar las bolsas de pellet directamente contra la pared sino dejar al menos un par de centímetros libres.